viernes, 1 de febrero de 2008

Álvaro Pombo, senador

.
De todas las noticias literarias de estos últimos días, la más gratificante es la que nos cuenta que el escritor santanderino Álvaro Pombo se presenta al senado, en la Comunidad de Madrid, por el partido Unión Progreso y Democracia (UPyD), que preside Rosa Díez, en busca de esos votantes que componen la misteriosa tercera vía. A mí me parece una decisión muy razonable, ya que poca gente tiene en este país la tradición familiar y el porte senatorial que atesora el autor de la Telepena de Celia Cecilia Villalobos.

De "eximio escritor y extravagante ciudadano" tachó el dictador Primo de Rivera a Valle-Inclán, convirtiendo la definición en clásica. Por su parte, Álvaro Pombo no sólo se cuenta entre los mejores narradores españoles, sino también entre los más extravagantes, capaz de tirarle los tejos a un joven guapo en medio de una conferencia; o de leer un libro suyo de poemas, entero, de pe a pa, en un programa de televisión, ante la grata sorpresa de unos y la estupefacción de otros espectadores.
.
Si por alguna razón me gustaría asistir a las reuniones de la Academia, sería para poder oír sus comentarios desde el sillón J (o las mordaces apostillas de don Paco Ayala, dicho sea de paso), que deben hacer las delicias del resto de los académicos que conserven algún sentido del humor. Ante políticos tan rancios como los que padecemos (desde los progres de manual, especie Joan Herrera; señoritas pepis con tragaderas, a lo Carmen Chacón; marcianos varios, como el senyor Joan Tardà y los catolicones nacionalistas vascos; o los rancios propiamente dichos, tipo Acebes o Martínez Pujalte), su presencia en el Senado sólo puede ser considerada como una bendición para la política y para sus señorías, si es que en los bancos de la Cámara todavía queda algún senador de fuste. Su eslogan en la campaña (¡te lo regalo Álvaro!), aunque reconozco que estoy remedando al alcalde de Berlín, bien podría ser: "Por un Senado útil y, además, sexy". Lo que no tengo tan claro es que Pombo, quien hasta ahora había sido votante del PSOE o del PP (por el llamado método Gimferrer, quien unas veces se decanta por IC y otras por CIU), de salir elegido, se entretenga lo suficiente con todo este personal, como para que no caiga en la tentación de volverse para siempre, él que le gusta definirse como casero, a su ático de Martín de los Heros.
.
El caso es que si en su momento fueron senadores reales Camilo José Cela y José Luis Sampedro, por qué no puede serlo ahora, con el respaldo popular, el autor de Aparición del eterno femenino contado por S.M. el Rey. Ojalá saliera elegido Álvaro Pombo; si yo estuviera empadronado en Madrid, le daría mi voto, sin ninguna duda. Con Álvaro Pombo, y de paso con Fernando Savater, voy a misa.
.
.

* Cuadro de Jackson Pollock, Verano: número 9A, 1948.

No hay comentarios: