lunes, 20 de septiembre de 2010

Labordeta, por su `hermanager´

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"El pan nuestro"
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Se bebe el desayuno...Húmeda tierra
de cementerio huele a sangre amada.
Ciudad de invierno... La mordaz cruzada
de una carreta que arrastrar parece
una emoción de ayuno encadenada.

Se quisiera tocar todas las puertas,
y preguntar por no sé quién; y luego
ver a los pobres, y, llorando quedos,
dar pedacitos de pan fresco a todos.
Y saquear a los ricos sus viñedos
con las dos manos santas
que a un golpe de luz
volaron desclavadas de la Cruz!
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Y en esta hora fría, en que la tierra
trasciende a polvo humano y es tan triste,
quisiera yo tocar todas las puertas.
y suplicar a no sé quién, perdón,
y hacerle pedacitos de pan fresco
aquí, en el horno de mi corazón...
..........César Vallejo
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Si hay alguien que me ha ayudado a ser mejor persona y a saber reírme en las situaciones difíciles, ese es (aún no puedo decir fue) Labordeta, el abuelo de muchos, yo entre ellas. Amigo personal desde los setenta, en el que los cantautores irrumpieron y él entre ellos, con su vozarrón de maño, su cabezonería y su humor buñuelesco, como la jota baturra que dice: cara de poca ventana, asómate a esa vergüenza, dame un poquito de sed que me estoy muriendo de agua... Viendo el mundo siempre desde otra óptica, desde esa esquina llamada dignidad y coherencia, tan perdida hoy, recorrimos juntos escenarios, conciertos, pesares, muertes de amigos y festivales de solidaridad. Comimos, bebimos, reímos y lloramos juntos. Como decían muchos amigos comunes, éramos una simbiosis, yo más que manager (me llamaban la hermanager), él más que un artista, mi abuelo, en muchos aspectos mi padre. Siempre ahí, cuando mis operaciones, todos los días en casa, visitándome, en mis momentos duros, apoyándome cuando otros me dieron la espalda o me despidieron. Nunca poniéndose en primer lugar, siempre mimetizado en la piel de los otros, la grandeza de los grandes.
Abuelo, allá va mi despedida, mi sonrisa para ti. A partir de ahora viajarás por agujeros negros y horizontes de sucesos con la mochila a cuestas, cantando albadas.
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* El texto es de la escritora Carmen Peire.
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9 comentarios:

Víctor dijo...

Ojalá suba a los cielos y les cante las cuarenta también a los de arriba.

Un abrazo.

hugo dijo...

Hola Fernando:

¡hermosas palabras las de Carmen Peire!

era marzo de 1977, mi exilio tenía apenas una semana, alguien, supongo que el amigo del algún amigo me hizo escuchar en un tocadiscos a Labordeta ("un gran tipo", me dijo), sus canciones serían lo primero con forma de música que escucharía en aquellos días de un Madrid gris y perplejo.

desde entonces, Labordeta siempre ha sido en mi memoria, los primeros cuatro versos de "A varear la oliva"

Ayer lo pasé mal, como cuando murió mi amigo Antonio Pereira o mi otro amigo Antonio Rabinad, o Saramago... y volví a repetirme lo que me digo siempre en estos casos,
¡¡joder, se nos siguen muriendo los buenos!!

Gracias Fernando por abrir LaNave para que podamos brindarle un homenaje a este gran hombre, a este buen hombre.

salut,
hugo

Citopensis dijo...

Recuerdo ver la 2 para disfrutar de ese señor con bigote, voz profunda, verbo fácil y manos rugosas sobre bastón de madera.

Yo era un niño.

Y entré en su mochila...


Descanse en paz.

Isabel González González dijo...

Como también dice Carmen, era bueno para todos saber de su existencia. Uno de esos seres irreemplazables. Profeta también en su tierra donde incluso los que no compartían sus ideas políticas, lo sentían cercano, hermano, 'hermaño' en este caso. No te olvidaremos, majo.

AGUS dijo...

Integridad, honestidad, compromiso... Recuerdo sus palabras llenas de sarcarmo cuando abandono su escaño de diputado: "Se van los guapos y se quedan los buenos". Y encima lo dijo cantando. Descanse en paz.

Ginés S. Cutillas dijo...

Carmen, inevitable pensar en ti cuando me enteré de la noticia.
Dificil imaginar este país sin una figura como el abuelo.
Seguro que sigue alegrando a la gente esté donde esté.

Un abrazo muy fuerte para ti Carmen, otro para Fernando.

Ginés

Joaquín dijo...

Muy emocionante la despedida. Gran personaje, gran persona, Labordeta. Descanse en paz este buen aragonés, "a fuer de español".

Isabel dijo...

Emotivo escrito, si además miramos el rostro de Labordeta, qué más se puede decir: claro como el agua.

Descansó ya.

Gemma dijo...

Un fuerte abrazo para ti, Carmen.