lunes, 13 de diciembre de 2010

MARÍA JOSÉ BARRIOS

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"La estación"
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Se suena la nariz como si acabase de despedir a un ser querido, saluda con la mano mientras suelta una lagrimita para que los demás puedan verla. Dirige una última mirada hacia la ventanilla del segundo vagón, y se queda allí, parada, mientras observa cómo se pone en marcha la locomotora para alejarse poquito a poco. Y qué más da que ni siquiera eche humo, piensa, y qué importa que ese no sea un tren de verdad.
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"Rutina"
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Le regaló un papelito en el que había escrito la palabra “rosa”, luego otro con la palabra “colgante”, y otro con “pendientes a juego”. Ella se acostumbró pronto a aquella fantasía compartida, a sus “cajas de bombones de marca cara” que no engordaban y a los “relojes de lujo” que no necesitaban pilas, y siempre esperaba con ilusión a que llegara la siguiente nota de papel. Su corazón dio un vuelco de emoción el día que recibió el “anillo de compromiso de oro y diamantes”. Pero cuando se fueron a vivir juntos, empezaron a tener dificultades y a descuidar los detalles. Comprendió que todo había terminado en su primer aniversario, cuando él le regaló una “bufanda de lana” en lugar de un “camisón de seda” porque no se lo podía permitir, porque era más práctico y porque la intención es lo que cuenta.
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* María José Barrios (Sevilla, 1980) trabaja como profesora de cursos de narrativa y escritura creativa. Es una de las fundadoras del Taller de palabras y colaboradora habitual del Centro Andaluz de las Letras, diversas bibliotecas públicas y la Universidad Pablo de Olavide. Cuentos mínimos (Monosabio, 2009) es su primer libro de microrrelatos, y con este mismo nombre mantiene un blog.
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14 comentarios:

María José Barrios dijo...

Mil gracias, Fernando, por dedicarme este huequito. :)

Gemma dijo...

María José tiene la extraordinaria habilidad de no saber escribir microrrelatos malos. Eso lo sé con certeza, pues tiempo atrás la conocí a través de su blog y pude comprobar esto que os digo; desde entonces me parece una autora fabulosa, de un gran nivel. Enhorabuena, una vez más, y un fuerte abrazo

Araceli Esteves dijo...

No conocía a la autora. Por suerte está Fernando para remediar esa imperdonable ignorancia. Me la adjunto sin falta. Enhorabuena a la autora y al mensajero.

Citopensis dijo...

Muy buenos.

Gracias a María por escribir así.

Gracias Fernando por "presentármela".

Propílogo dijo...

Acabo de darme una vuelta por su blog. Me ha gustado. Micros como Estereotipos o Retrato me han parecido piezas para recordar, tal vez porque el fondo de cada texto pasa por encima de una especie de sencillez léxica y constructiva, concisa, precisa, tal vez funcional, pero que me han dejado la sensación de una gran profesionalidad. ¡Qué suerte!, o ¡qué trabajo!. O los dos.

Saludos
Gabriel

Rosana Alonso dijo...

Ya ni recuerdo como llegué a su blog hace ya un año pero coincido con Gemma, todos los microrrelatos que he leído allí son maravillosamente perfectos.

Un abrazo para María José un saludo para Fernando.

Fernando Valls dijo...

La autora puede dar fe de que hace un siglo, casi, que le pedí microrrelatos para el blog.

Pedro Herrero dijo...

Un par de gestos, diría yo, es lo que describe María José en estos dos microrrelatos. Un gesto (la despedida) inocente en “La estación”, que fácilmente consigue en el lector la media sonrisa comprensiva, ante una recreación tan poética de la soledad. Y un gesto (el regalo) en “Rutina”, en principio tan romántico en su misma sencillez, pero que acaba delatando el deterioro de una vida conyugal abocada a lo previsible.

El tiempo aparece aquí en una conjugación interesante, desde el punto de vista comparativo. Apenas transcurre en el primer relato. En cambio, en el segundo se dilata para dar fe de los peldaños que conducen desde la emoción al desencanto.

Tal vez todo sea cuestión de tiempo. Pero al margen de conclusiones, creo que merece la pena seguir a la autora. Tomo nota de su libro publicado.

Jesus Esnaola dijo...

Seguramente "Rutina" gusta con más facilidad, está más terminado, pero "La estación", en su sencillez, es una bomba de relojería. Te lo llevas pegado al estómago y cuando menos lo esperas...

No conocía a Mª José así que encantado, y gracias Fernando por presentarnos.

María José Barrios dijo...

Jo, entre todos me habéis sacado los colores como pocas veces me ha pasado. Pero además de dar las gracias, veo necesario corroborar lo que ha dicho Fernando: en efecto, me invitó a participar en el blog hace mucho tiempo. He sido yo la que tardó en responder, porque por diversos motivos pasé un par de años escribiendo muy, muy poquito.

Anónimo dijo...

Hola, paso tarde pero me gustaría sumarme a la admiración general por la falsa sencillez de ambos micros. Voy a buscar el blog de la autora, gracias.

Susana Camps

Esteban Dublín dijo...

Muchas gracias por traer estos microrrelatos de María José Barrios. Ambos, estupendos.

Hiperbreves S.A. dijo...

Rutina es una pequeña joya. Tierno y profundamente bello y triste.

ÁNGEL dijo...

Buenos micros. La aparente sencillez encierra siempre un profundo mensaje que deja al lector sumido en la meditación, en la reflexión. Y esta debe ser la finalidad última de todo buen microrrelato. Me gustaría saber cómo conseguirlo.

¡¡Enhorabuena!!