viernes, 28 de enero de 2011

¿Puede comerse fuet en Berlín?

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La crisis económica me ha hecho pensar, algo más de lo corriente, en la presencia que los productos españoles tienen en Berlín. Quizá los que mejor se comercialicen sean el vino, las naranjas y las mandarinas. Ambos se encuentran fácilmente en casi todos los supermercados. Y en mi barrio, por ejemplo, existe nada menos que una tienda especializada en vinos españoles. En los restaurantes suelen ofrecerte Tempranillo, al precio caro que siempre tiene aquí el vino. El aceite español, por su parte, ha perdido la batalla frente al italiano, mucho más barato, y desde luego de peor calidad. Y el resto de la fruta (manzanas, uvas, fresas o plátanos) llega procedente de otros lugares, como Turquía, Chile, Italia, Israel o Centroamérica. El jamón, jamón, es un artículo de lujo a precios casi imposibles. Lo que la gente puede adquirir es, por el contrario, un presunto jamón muy poco curado a imitación del italiano, el jamón de Parma, cortado con cuchilla de afeitar y sin apenas sabor. Y respecto al queso, el que más se ve es el manchego; mientras arrasan los quesos suizos y holandeses. El concepto "tapas" parece en cambio que tiene tirón, pues en la ciudad hay varios restaurantes que se anuncian como expertos en la materia, y parecen tener una clientela más o menos fiel, si bien yo -hombre de poca fe- nunca me he atrevido a comer en ninguno de ellos. A veces se encuentra también reposteria tan sorprendente como las tortas Inés Rosales... Hace unos días, sin embargo, encontré en las Galerías Lafayette una perla, un híbrido, pura posmodernidad... La foto muestra el envoltorio escaneado de un fuet llamado CÉSAR MORONI. Se anuncia -de hecho, toda la información está en francés, pues debe importarse de Francia-, como "Fuet extra de Catalogne". Y en letra más pequeña se nos cuenta que se trata de un "saucisse sèche" (salchichón seco) elaborado en España por Casademont, seleccionado para César Moroni. Pero lo mejor de todo, si seguimos recordando que es un fuet catalán, etiquetado en francés, es que luce como emblema un torero sonriente con la montera en la mano. En suma, se alude a la España más folklórica, puro Merimée y Bizet, con su Carmen y su toreador... En fin, ¿no es acaso este poti-poti ejemplar expresión de la posmodernidad que nos define, junto a la globalización y la hibridez genérica, multicuturalismo a tope? Sea como fuere, lo que importa es que este fuet catalanoespañolfrancés estaba bien rico.
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7 comentarios:

Víctor dijo...

No nos debe parecer raro, después, que cuando vienen a España los turistas se sorprendan porque no llevamos castañuelas ni montera, ni vamos matando toros entre paella y siesta.

Pese a la mezcla, ojalá disfrutes ese fuet.

AGUS dijo...

Mientras sea fuet... El paso lógico siguiente sería abrir el envoltorio y encontrarte con unas castañuelas. Entonces te darías cuenta que no estás en Berlín sino en Albacete, donde se corren los sanfermines,la paella les sale de vicio y Salinger solía pasar los veranos.

Abrazos.

Javier Quiñones Pozuelo dijo...

En el fondo, Fernando, aquí (escribo desde Barcelona)se prohíben los toros, pero por ahí es lo que nos sigue identificando, en fin...
Tu mención a las tortas Inés Rosales ha evocado en mí lejanos años de niñez y juventud. Yo ambién las he visto por aquí, siguen igual con aquel papel de cebolla casi transparente, las letras en azul marino. Hace años que no las pruebo.
Me ha gustado mucho esta entrada gastrónomica con su puntito de cachondeo.
Un brazo, Javier.

Teresa dijo...

Se prohíben los toros, querido Javier, a pesar de que el otro día me enteré de que el apoderado de José Tomás vive en Vic -tierra de fuets- y es de Banyoles, donde, al parecer, ha habido siempre una gran afición.
A saber si el fuet Moroni no está revelando una realidad oculta...
Muy buena la entrada.
Besos,
Teresa

Propílogo dijo...

¿Y no sigue abierto en Berlín el Bar Celona?
¡Ay! Recuerdo que allí fumé.
Saludos
Gabriel

Fernando Valls dijo...

Pues, no lo sé, Gabriel, pero ahora no podrías fumar. Pero en la puerta de los bares y restaurantes suele haber gente fumando. Saludos.

Propílogo dijo...

Cuando el destino es el destino, es el destino. Acabo de encontrar la página web del Bar Celona, en Berlín, que todavía existe.
Y tiene una flamenca en la portada. Así que seguro que hay fuet.
Saludos confusos y desternillados.
Gabriel