miércoles, 4 de abril de 2012

Escribir con las manos

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Tras los análisis a los que ha sido sometida la "Santa Ana", de Leonardo da Vinci, para su restauración, un cuadro que fascinó a Delacroix, Degas o Max Ernst, sabemos -por las huellas dactilares que dejó- que el pintor metía los dedos en el óleo, moldeando las capas de pintura con la mano, aplastándolas y añadiendo otras nuevas hasta alcanzar el efecto de relieve deseado.
Así debería seguir trabajando el artista, el escritor, como un artesano del lenguaje y del pensamiento, moldeando y amasando la estructura y el contenido de la historia como si de un panadero, o de un pintor, se tratara.
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3 comentarios:

PEPA dijo...

Ahora comprendo por qué Leonardo murió tan joven. Es muy peligroso tocar con frecuencia algunos pigmentos, sobre todo los que contienen plomo, cómo algunos blancos. El cadmio del amarillo también es muy tóxico. Si estudian sus restos, estoy casi segura de que esa fué la causa de su muerte.

LPO dijo...

Creo que hay una diferencia sustancial entre el manuscrito y el texto impreso, Fernando. Si algún día la técnica permite publicar legiblemente manuscritos, sin tipografiarlos, la lectura se enriquecerá, por la cantidad de información que hay en la letra, en cómo se mueve en el papel, las sutiles que pulsiones que registra, además del significado literal.
Recuerdo la especial e íntima emoción al leer el manuscrito del "Retrato del artista adolescente" en la biblioteca del Trinity College, y captar algo único y vivo que no pasa al libro impreso.

sigma dijo...

Yo lo entiendo algo así como un acto máximo de desear compenetrarse con la obra. Tiziano, al final de su vida , dicen que también pintaba con los dedos, consiguiendo unas obras de vibrante emoción.