miércoles, 29 de julio de 2015

La literatura oral en `Quimera´

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Se queja Fernando Clemot en su muro de que en un programa de radio llamado "La estación azul" dedicado a las revistas literarias, no se haga mención a Quimera, de la que es director. Lo que quizá no sepa Clemot es que ese programa ha cambiado su nombre adoptando otro más apropiado: "En el limbo"...
La literatura oral es el tema de su número doble de verano, en el que se repasa los orígenes y la presencia de lo oral en la literatura, con la colaboración estrella de Pablo Jauralde, a quien se le va un poco la mano en su hachazo a la Academia y a uno de sus exdirectores. Se centra, sobre todo, en la poesía, pero en la narrativa también se ha producido en las últimas décadas una gran influencia de los relatos orales en la escritura, como puede observarse en la obra de Antonio Pereira, José María Merino, Luis Mateo Díez o el más joven pero también sobresaliente Pablo Andrés Escapa.  
Del resto me quedo con las entrevistas a Luis Goytisolo y la joven Raquel Taranilla, autora de Mi cuerpo también, publicado por Los Libros del Lince. También me gustan los poemas de Chus Pato, traducidos del gallego por Ana Gorría, y los microrrelatos tanto del mexicano Felipe Garrido como de Manuel Moya, que ocupan las páginas de creacción  Un interés que se mantiene en el artículo sobre la siempre inquietante Angélica Lidell, obra de Ruth Vilar, y en el relato de un viaje a Praga, de Álex Chico.
La víctima del número es José Luis Gärtner, autor de un artículo lleno de obviedades sobre La casa de Bernarda Alba, aunque eso sí, rabiosamente feminista, cuyo libro Geografías apócrifas recibe además una dura crítica de David Aliaga. Del resto de las reseñas destacaría las de Ángel Zapata y Fernando Clemot a libros de Javier Sagarna y Luis Magrinyà, respectivamente. Por cierto, el libro de Magrinyà debería ser lectura obligatoria, con perdón, para todos aquellos que se dedican a la escritura, pues su asimilación evitaría mucha retórica hueca. Lo que menos me gusta, si nos olvidamos del trabajo escolar sobre Lorca, son esas dos páginas finales que dedican a recomendar libros y discos. Me parecen un desperdicio. Hubiera sido de mayor utilidad un par de reseñas más.
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